PALOMITAS MENSAJERAS

27 de Noviembre del 2009 a las 13:42 Escrito por Jaime Aguilera

Una bolsa mediana de palomitas y un refresco también mediano contiene nada menos que el equivalente calórico de tres hamburguesas tipo de cualquiera de las famosas multinacionales norteamericanas untadas con doce porciones de mantequilla.

Esto es lo que ha desvelado un estudio nutricional de Jayne Hurley que, para mayor desesperación de los incondicionales de este “aperitivo”, añade que necesitaríamos tres días sin comer nada para equilibrar esta ingesta indigesta de calorías en vena.

Después de conocer estos datos ya tengo una excusa para no comprar el “combo” mediano en los fríos y cómodos multicines a los que me he visto obligado a desterrarme si quiero ver cine, y donde más de una vez he caído en esta dudosa tentación culinaria.

Aunque mi verdadero problema no es digestivo, sino más bien auditivo: me dan igual las palomitas si en la propia película hay un ruido de fondo, una fuerte conversación o una potente banda sonora que amortigüe el horripilante sonido de la palomita pasando entre muela y muela del vecino de butaca. Ahora bien, si los silencios ya previstos en el propio guión forman parte indispensable de la propia belleza de la cinta, si a través de estas elipsis auditivas podemos percibir mucho mejor la propia esencia del largometraje, es entonces cuando no soporto, cuando me saca de quicio, tener que escuchar el dichoso ruidito de las palomitas.

Reconozco que hay un fuerte componente maníaco en esta alteración, pero todos tenemos nuestro íntimo arsenal en este punto, y a mí, nunca mejor dicho, me ha dado por ahí.

Por eso echo de menos, y hace algunas semanas que ya los nombré, los cines Reonoir y Alphaville de Madrid –supongo que seguirán existiendo-. En ellos estaban prohibidas las palomitas, te daban al entrar una ficha con comentarios de la película; incluso te ponían temas de la banda sonora antes de comenzar la proyección. En definitiva, se podía disfrutar de la plenitud del séptimo arte.

Ojalá este mensaje nutricional se extiende por todas partes, y que muchas palomitas mensajeras digan que no se coman en el cine tantas palomitas.

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POBRECITOS FUTBOLISTAS

27 de Noviembre del 2009 a las 13:31 Escrito por Jaime Aguilera

Ahora resulta que se monta un cirio porque se ha decidido subir el tipo impositivo casi el doble, de un 24 a un 43 por ciento, con el que están gravados los ingresos de los futbolistas extranjeros que juegan en nuestra liga.

En este sentido, el vicepresidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, considera que la reforma de la ‘Ley Beckham’, que es la que les dio cuartelillo, es “la gota que colma el vaso de la Liga” y volvió a reiterar que se trata de una medida que “perjudica” a la competición española porque la hace “menos competitiva”.

Además, este señor añade dos razones más a su argumentario para que no se reforme esta ley. Primero, que si se cambia habrá muchos más nacionales poco patriotas que seguirán el ejemplo de “irse a vivir a otro país” como ya lo hicieron en su día Fernando Alonso o Arantxa Sánchez Vicario. Segundo, que hay que tener en cuenta la corta vida profesional de estos deportistas.

Pues bien, reconociendo –lo admito- que mi tinta está teñida de sangre caliente y algo demagógica, paso a contestar, con todo respeto, al vicepresidente.

Primero: si nuestra liga pasa a ser menos competitiva que lo sea, el horno de nuestras arcas públicas no está para estos bollos.

Segundo: No estaría demás que los señores y señoras deportistas de élite que “se mudan” dejen de lucir banderitas en casco y camiseta: hay que estar a las duras y a las maduras.

Tercero: Si el señor Ronaldo –porque Beckam, el que dio nombre a la ley, ya se ha ido después de su “corta” carrera en España- pasa del 24 al 43 por ciento de los 94 millones de euros que gana, me parece que no se termina el mundo. O dicho de otro modo, no pasa nada si pagan más impuestos los 5 millones y medio de pesetas que cualquier español con suerte y que no está en el paro gana al año, y que son los mismos que el señor Ronaldo gana en un día, con dos horitas de entrenamiento y sin sudar mucho.

Porque con cada gotita de sudor con la que Cristiano cristianamente se gana el pan, se compra la panadería entera, y sobra, incluso después de pagar impuestos.

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PRESENTACIÓN LIBRO “HIJOS Y HÉROES, 2″

16 de Noviembre del 2009 a las 12:24 Escrito por Jaime Aguilera

Para vuestra información…. 

El próximo lunes se va a presentar “Hijos y héroes, 2″, en el que han participado los escritores JAIME AGUILERA, PABLO BUJALANCE, JUAN GAITÁN, JOSE MANUEL GARCÍA MARÍN, ALICIA MARCHANT, FELIPE NAVARRO, ANDRES REINA, MIGUEL TORRES LOPEZ DE URALDE, JOSE ANTONIO TRUJILLO, CARLOS VERDIER.

El acto será presentado por la Ilma. Sra. Dª. María Gámez Gámez, Delegada del Gobierno; la Ilma. Sra. Dª Amparo Bilbao Guerrero, Delegada de la Consejería de Igualdad y Bienestar Social; Don Carlos Alvarez Rodríguez, Presidente de Honor de Hogar Abierto; Don Jaime Aguilera García, coordinador de la obra; y D. Alberto Peláez Morales, Presidente de Hogar Abierto.

 

Lugar: Ambito Cultural de El Corte Inglés.

Fecha: 23 de Noviembre de 2009. Hora: 12:00h. 

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PP

10 de Noviembre del 2009 a las 17:49 Escrito por Jaime Aguilera

En los tiempos universitarios tenía la buena costumbre de ir sólo al cine. Iba casi todos los días acompañado, pero a la primera sesión de tarde de los viernes iba sólo, regodeándome en jugar a ser un voyeur pseudobohemio. En uno de estos paseos a los cines Renoir o Alphaville tuve el honor de compartir pantalla y mantel con Jose Luis López Vázquez. Recuerdo que la película era “El rey pasmado”. No me gustó mucho, lo que más me impresionó era que sólo había dos personas en la oscuridad de la sala de proyección: José Luis López Vázquez y yo. Cada cierto tiempo miraba furtivamente hacía donde él estaba sentado y observaba su cara triste. Una cara que se ha movido por todos los registros del cine español: desde el padrino de una Gran Familia que nada tenía que ver con  la mafia a una señorita travestida que nada tenía que ver con Pepis, Lucis y Boom y otras chicas del montón. Consiguió que mucha gente tuviera miedo a meterse en una cabina telefónica sin ningún efecto especial, sólo con su interpretación y la dirección de Mercero. Fue santo y seña de un atraco a las tres que ha sido justamente lo que han hecho con su vida: atracarla por sorpresa y dejar huérfano a un cine al que ya sólo le quedan de su estirpe Landa y Sacristán, los demás también han apagado las luces.Con Francisco Ayala no he coincidido nunca, pero en los cursos de doctorado primero, y en la tesis doctoral después, me tropecé con su obra de ficción y con sus ensayos. Descubrí con placer un estilo cuidado en lo formal y agudo en el fondo. Y sobre todo una manera de pensar de la que muchos teníamos que aprender, y con la que ha sido coherente durante más de cien años. Me refiero a los valores de la curiosidad, la independencia, la laicidad, el civismo y la dignidad como brújulas de una vida: todo con un barniz de humor y aunque lleve consigo incomprensiones familiares o exilios casi eternos.

La semana pasada murieron los dos, Paco y Pepe, Pepe y Paco. La semana pasada, con el permiso de un Dios republicano, se habló de PP sin que tuviéramos que situarnos a la fuerza en la calle Génova de Madrid.

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MÁS CINE, POR FAVOR

3 de Noviembre del 2009 a las 10:01 Escrito por Jaime Aguilera

El fin de semana pasado, y gracias al apoyo logístico familiar, tuve una primera suerte de poder escaparme con mi mujer dos días seguidos al cine.

La segunda fortuna fue que, encima, las dos películas no estuvieron nada mal, con lo que vino a ocurrir como al que preguntaron si le gustaba el póker y contestó: me encanta, y si gano me encanta el doble.

La primera fue “New York, I love you”. Un conjunto de relatos cortos en celuloide que tienen una doble virtud de la que adolece el cine convencional actual. Y es que la única consecuencia, no sé si favorable o no, de ir almacenando muchas cintas en la memoria es la capacidad para acertar en la previsión de lo que va a ocurrir en guiones hechos como rosquillas. Pues bien, en esta película las vueltas de tuerca de los caleidoscópicos argumentos son frescamente sorpresivas. La segunda virtud reseñada es un lirismo destilado al socaire de las esquinas y aceras neoyorkinas; un lirismo pujante, imaginativo, a caballo entre “Smoke” y la novela “Manhattan Tranfer”, y en el que la frontera se vuelve difusa entre una atracción sexual sin tapujos justo al lado de amores descarnados o no correspondidos.

El segundo largometraje fue “El secreto de tus ojos”, del mismo director argentino del “Hijo de la novia”. Salvo el final, que admite otra dirección apuntando a “Casablanca”, todo el resto de metraje no tiene desperdicio. La interpretación de los dos protagonistas es antológica, pero no se queda atrás –como suele ocurrir en las buenas películas- la de los secundarios, en especial la del segundo oficial del juzgado. Sin embargo, lo que más me atrae de esta película es lo que podríamos llamar el juego de la metaficción cinematográfica; es decir, la capacidad de la obra para entretenernos con piruetas que saltan en un escondite entre ficción y realidad, presente y pasado, deseo y frustación.

En definitiva, parafraseando a Goytisolo, dos películas que son buenas para mí, sencillamente porque me gustaría volver a verlas: no hay mejor barómetro de calidad subjetiva. Dos buenas películas que, no gracias a Dios sino a Billy Wider, nos llevan a Aute cuando decía aquello de más cine, por favor, que toda la vida es cine, y los sueños, cine son.

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