EL OCTAVO ARTE
9 de Diciembre del 2009 a las 17:40 Escrito por
Jaime Aguilera
Por inercias que arrancan desde la propia infancia siempre he creído que la creatividad, el estado en el que según el poeta alemán Heine los hombres podemos soñar y podemos ser dioses, habitaba en el mundo de las artes. A partir de esta premisa era fácil deducir que todo esfuerzo que se saliera de esta órbita celestial y artística sería alineante y empobrecedor.
Pero el tiempo y las dedicaciones con las que uno se gana el pan me han hecho ser más amplio de miras y descubrir que desde cualquier oficio o trabajo se pueden estar construyendo auténticas obras de arte.
Pondré como ejemplo más sintomático el de los inventores. Y no me refiero a aquellos que están en un grupo de investigación de una universidad, y que por otra parte merecen todo mi respeto y mi deseo de que cuántos más haya mejor le irá a nuestro país. Me refiero a gente corriente que van andando por la calle y tienen una idea propia de un genio, propia de un artista, que no se le había ocurrido a nadie antes, pero que suponen un avance para nuestra calidad de vida. Me acuerdo así, a bote pronto, del invento español de la fregona, que ha salvado a tantas personas –en especial, y por desgracia, mujeres- de seguir humilladas y arrodilladas.
Todo lo anterior viene al hilo porque mi amigo Jose Antonio, de Villanueva de Tapia, sigue haciendo de las suyas y sigue “creando” obras propias de un “artista”. Un día se hartó de que no se repartiera bien el peso entre los hombres de trono y se inventó la almohadilla neumática. Otro día un “guiri” le pidió un placa solar que no se viera en su jardín y se inventó los bordillos de piscina de goma –más seguros y que encima aprovechan el calor-. Ahora se ha cansado de los badenes que nos molestan a todos por igual, a justos y a pecadores, y se ha inventado el badén inteligente, que sólo le molesta al que va a velocidad no adecuada, o sea, al pecador.
En definitiva, la lista de las artes se ha quedado corta: si tuvimos que ampliarla a siete para incluir al cine, creo que ahora hay que hablar de un octavo arte, el de los inventores que crean obras de arte mucho más bellas y útiles que muchas otras que están expuestas en museos. Ese día, si llega, mi amigo Jose Antonio ya tiene ganado un puesto por derecho propio en este nuevo Parnaso de los inventores.
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Diciembre 13th, 2009 at 8:42
Al arte que tiene José Antonio, de pensar en las soluciones que pueden tener los problemas con que se encuentra a su paso por la vida diaria, hay que sumar el don de convencer a otras personas para que inviertan el dinero necesario para convertir la idea en un producto utilizable.
Diciembre 14th, 2009 at 14:59
ESPERO QUE ALGUIEN INVENTE ALGO PARA EVITAR LOS SPAM Y LOS CORREOS BASURA, COMO EL QUE INVADIÓ EL ARTICULO ANTERIOR CON SUS COMENTARIOS.
ESE SERÍA EL 9º ARTE EN SI MISMO.