SAN JOSÉ TOMÁS

13 de Septiembre del 2007 a las 9:20 Escrito por Jaime Aguilera

Sólo lo he visto una vez en la plaza. Fue en las fiestas granadinas del Corpus junto al gran aficionado que era mi tío Salvador. Pero eso fue hace muchos años, antes de que se convirtiera en -parafraseando a un crítico taurino- “San José Tomás”. Y es que en esa época toreaba como a mi me gusta: arrimándose y por derecho, con temple y con orden, con sobriedad y con elegancia; sin embargo, todavía no había alcanzado la categoría de divo taurino.
 Todo el mito viviente se comenzó a forjar con su inesperada y repentina retirada. Se rumoreaba con más o menos malas intenciones que si era muy raro, que si era homosexual. El caso es que dejó a los taurófilos con el alma desilusionada: el sucesor de Manolete, como la primavera, se había ido y nadie sabía cómo había sido. Eso hasta que dio un golpe de timón con de Barcelona: conseguir el cartel de no hay billetes en una de las ciudades antitaurinas por excelencia fue un puñetazo que dejó K.O. a los que proclaman la “torotura”.
 A partir de ahí las colas se han sucedido allá donde se anunciaba en unos carteles donde “veíamos un nombre que sí queríamos ver”. Y sin dejar de ser “San José Tomás”, arrimándose tanto que ido de cogida en cogida, como si deseara la muerte en la plaza. Quizás por eso se alojó en la misma habitación que Manolete en Linares en el aniversario de la cornada mortal que le asestó Islero al cordobés, porque quiere ser como él y que la última hora, la que remata todas las anteriores que nos han herido, no le pille en una cama.
 El otro día leía un artículo donde una profesora defendía la supresión de la fiesta nacional no por defender al animal, sino por defender la vida de unas personas a las que se les paga mucho dinero porque se jueguen la vida delante de señoras con mantón de Manila y señores con Cohiba. Desde luego su mejor argumento lo tiene con el torero de Galapagar, porque cualquier día confirma que lleva razón con su certificado prematuro de defunción. Sea como sea, y esperemos que con mucho tiempo, sigamos disfrutando con la hondura de su estatutarios y con la mirada perdida de sus manoletinas mirando a un tendido con la boca abierta.

Categoria: Artículos |

91 Comentarios

  1. Pastrami dijo:

    A la profesora prohibicionista no le falta razón: en este pais, meterse en que deben hacer o no los demás si es un arte. Que escriba la Crítica de la Razón Tauromáquica y que la venda en la Feria del Libro, a ver si va calando en la gente….

  2. Antonio cuñao dijo:

    No entiendo de toros. Sí de emoción, por lo menos como todo el mundo, e incluso cuando “trabajo” con ella un poco más. Un mes antes de su retirada hace 5 años lo vi torear el Almería, y acabé llorando. José Tomás es de otra galaxia, y lo que da en la plaza es arte, probablemente emoción en su concepción mas visceral ante la Vida y la Muerte. Su arte es inmortal porque sobrepasará su vida y la de quien se deleita.

  3. Eneida dijo:

    A veces pienso que el mito empieza a caer por sí solo. Más vale que no hubiera vuelto, pues ahora parece pretender morir a toda costa en el ruedo, y ya está hastiando un poco su filosofía determinista, no creéis…

  4. Pastrami dijo:

    ¿A alguien se le ha ido la mano con las copas? Por favor…¿llorar viendo una corrida? ¿me he equivocado de página y me he alistado a “Románticos sin fronteras”, o “Emociones a flor de piel” o a “Los hombres si lloran, aunque sean de Bilbao”? A ver si es que lloraba usted, Antonio, por el precio de las entradas, la escasa comodidad de la almohadilla o por el humo de algun Cohiba que se le colaba, como un dardo en el ojo…En caso contrario, hágaselo mirar.

  5. Fernado Correas dijo:

    Lo de este señor se llama suicidio pasivo….
    O te pegas un tiro o te importa la vida poco con lo cual no tienes miedo a ponerte en riesgo.

  6. Lector dijo:

    Lo de la homosexualidad parece que fue una maledicencia de varios taurinos que se la tenían jurada, entre ellos el crítico Lumbrera Chico que divulgó en un confidencial mejicano tal especie. Al parecer no hacía caso a las busconas que lo acosaban y eso dio mayor pie al bulo.

    Lo cierto es, sin embargo, que desde 2002 tiene compañera estable, una mujer de Estepona llamada Isabel de la que él no se separa. Las únicas fotos conocidas de la pareja se publicaron en 2007.

    Saludos a todos y a esperar que el diestro nos siga dando alegrías taurinas.

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