LA JUNGLA DE ASFALTO

21 de Febrero del 2008 a las 10:20 Escrito por Jaime Aguilera

Dos no se pelean si uno no quiere. Intento ser ese uno, o, mejor dicho, no lo intento, porque creo que huyo de la violencia verbal y física por cuestión de carácter, porque soy así, vamos. Pero últimamente, en lo que concierne al tráfico rodado, donde el primero que voy un poco estresado soy yo mismo, hay momentos en los que me uno al otro y ya somos los dos que se necesitan para que se inicie la guerra.
Me suele ocurrir más con las motocicletas. En ciudades mediterráneas, cálidas y atascadas como Málaga, los pequeños insectos de dos ruedas ya son una pandemia crónica. Y no pasaría nada si la cosa se quedara ahí, lo peor viene cuando este ejército escurridizo en convierte en un rebaño de piratas con patente de corso para quitar los silenciadores de los escapes, para saltarse los semáforos y  los ceda el paso, y para adelantarte por tu derecha.
Y lo peor de todo es que el saqueo a las normas de educación vial es sólo el anticipo de la ausencia de normas de educación cívica. Yo soy el primero que también se salta las normas y juega a ser pirata en un momento dado, la diferencia estriba en que si mi actuación se me va de las manos y provoca un riesgo en otra persona lo mínimo que puedo hacer es disculparme y gestar un raquítico propósito de enmienda. Pero me doy cuenta de que hay muchos conductores que no son así –insisto, son clara mayoría en los jóvenes motociclistas-: cuando me dirijo a ellos para recriminarles no ya que no hayan cedido su silla de autobús a una persona mayor, sino que acaban de poner en claro riesgo su propia vida, la de mi familia y la mía propia. Pues eso, cuando les digo que, por favor, no lo hagan más veces no se crean que agachan la cabeza resignadamente; todo lo contrario, te increpan, te insultan y te comen por sopas.
Es en ese momento cuando me acuerdo del periodista Aminibia: porque entra por primera vez entre mis opciones coger una pistola y  exhibirla amenazadoramente. Y la verdad es que me doy miedo de mí mismo.
Hoy en día, la temperatura del asfalto es un buen termómetro del respeto a los demás a través de unas normas que no se han puesto gratuitamente, sino para que haya menos accidentes. No hay duda, todos, en especial nuestros jóvenes conductores, estamos contribuyendo para que el asfalto cada vez tenga más fiebre y sea más jungla.

Categoria: Artículos |

3 Comentarios

  1. Fernado Correas dijo:

    Motos de cualquier cilindrada con permiso de conducir y a partir de los 20 años…., el resto autobus,metro,bicicleta o andando…es lo que hay.

  2. alejandro cerrillo aguilera dijo:

    siempre medio en broma te dije MANUEL VAZQUEZ MONTALBAN, ley algunos de tus artículos, tu libro entero estoy en la mitad me cuesta menos que antes pero no acabé, pero llegue a uan conclusion te haces mayor pero cada vez mas libre y ademas te estas convirtiendo en en un embajador del “seny”, endavant MANUEL.

    ALEJANDRO BARCELONA

  3. AROURCIDITA dijo:

    A Day at Jack and Jill

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